domingo, 13 de enero de 2013


Entiendo que te canse el mundo, 
vivir cada día, 
como un primo segundo de otro, 
idénticos todos. 
Levantarte y ponerte los zapatos de ‘ahí vamos’, 
los pantalones de la confianza 
y el abrigo de la ironía. 
Cada mañana mudar 
la cara de pesadilla 
por la de amable vecino, 
comprensivo amigo, 
apasionado amante. 
Entiendo que una y otra,  y otra y una, 
son muchas para repetir en los calendarios 
y que no desdeñas la idea de tirarte al muro, 
y mandarlo todo a Villa Boñigas de Abajo. 
Comprendo que un poema debe ser una 
exaltación hermosa,  de lo espléndido 
o de lo deforme, 
y no una burda lectura de un diario, 
pero la vida dejó de ser una intensa sorpresa 
cuando dejaste que decidieran por ti. 
Pero si los cantos ruedan por los pedregales 
con las primeras lluvias, 
qué no podrás hacer tú con tu perseverante pulso. 
¡Gira tantas veces como sea necesario! 

No te quedes dormido. 



Nená de la Torriente