perfecta
tela,
confección
escrupulosa.
Imitamos
lo que la naturaleza
sola
ya ha creado.
El
entramado preciso,
pluscuamperfecto,
estructura exacta.
Reproducimos, remedamos,
emulamos, repetimos,
copiamos
e incluso
parodiamos, la perfecta proporción
de
las cosas, de los seres
en
su esencia rigurosa.
No
podemos evitar ser los segundos
en
esta suerte de memoria,
ni
podemos evitar ser artesanos
de
nuestra propia visión del mundo.
Somos
los ojos de las paredes,
los
oídos del río,
el
temblor del labio que busca el beso.
Pero sentimos a menudo que
estamos
completamente solos.
Nená de la Torriente