Venderse
a los
que
miden la poesía al peso.
A
la adjetivación sofisticada,
al
rizado oleaje de una expresión
que
podía revelarse limpia.
Tanto
tienes, tanto vales
¿Cómo
te llamabas?
Dame
un solo poema
que
me rompa por dentro,
y
en él veré a un poeta.
No
haré cuentas con los dedos,
porque
no entiendo la poesía
de
ese modo.
Se
vive en poesía,
se
siente poema en cada cosa,
es
un tipo de sangre, roja
como
todas, pero que hace
existir
de otra manera,
mirar
de otra manera,
besar
de otra manera.
Se
es poeta,
no
se adoptan las formas
de
la poesía.
Lo
otro, es ser un profesional del verso,
un
artista.
Nená de la Torriente
-Por eso siempre repito:
‘No es lo
mismo un poeta que un poema,
aunque hay excepciones’-