En
algún sonido, ahí afuera,
siempre
cerca del agua,
de
entre todos los sonidos anda mi boca,
con
eso me basta.
No
soy codiciosa,
la
ambición me espanta,
la
“justiciadeloshombres”
me da la risa,
me da la risa,
la
opinión se criba siempre,
a
veces sirve, pocas,
–suele ser ‘pecho de lobo’-
–suele ser ‘pecho de lobo’-
otras
es un cojín donde se dormita,
nunca
me hace llorar.
No
quiero escalar,
ni ver mi nombre con otras letras
ni ver mi nombre con otras letras
-una bufonada grotesca-
Me
gusta la franqueza
hasta cierto límite,
hasta cierto límite,
cada
uno a su casa y ahí me pierdo,
porque mi casa es mi boca
y
ando pidiendo disculpas
todo el tiempo.
todo el tiempo.
Hay
seres que me imantan
y
que a su pesar
no puedo abandonarlos
no puedo abandonarlos
-los
hago parte de mi vida,
tal
vez partícipes
del mayor de mis misterios-
del mayor de mis misterios-
Me
importa un pepino
parecer
una loca,
escuchar
‘qué rara, cuánto abraza’
‘qué rara, cuánto abraza’
Que
no entiendan nada,
que
saquen los pies por la camisa,
cuando
no por el dobladillo.
Que
entren, que salgan,
que
quieran, que presuman,
que
el complejo les retuerza.
Pero
sí me duele que les duela,
saber
que les duele,
sentir
su infelicidad.
Nená de la Torriente