Ahora
que baja la niebla,
lo
simulado verdadero
se
subasta más caro.
Somos
raíces levantadas,
sueños
desnudos,
almas
que tocan el cielo
sin
llegar a finarse los cuerpos.
Se
vendimian los versos,
los
más confusos, los desterrados,
los
que siempre han querido contarse
tantas
cosas, y no les hemos dejado.
En
esta confusión de alientos
mi
yo abjura, me llama embustera,
dice
que nunca he creído en un te amo
fugado de labios de un hombre.
Y
yo, paciente,
espero
a que levante esta boira.
Nená de la Torriente