lunes, 30 de enero de 2012


A penas nada 
una gota de lluvia sobre una hoja  
para sentir una humanidad  huida. 
Pubs llenos de humo, 
cervezas,  como cucharones 
en cuencos de oro líquido. 


Risas de ratón,  chistes malos, 
planos y manuales de política, 
flirteos sin previos 
antecedentes penales, 
innecesario cruzar una palabra. 
Un hola y la mano en el sacro,
un atropello ello. 
Las distancias son necesarias.
Las tonterías agotadoras.
Los chistes malos terminan ulcerando.
Los manuales de políticas 
están pasados de moda
como los engominados de domingo.
Y las risas de ratón,
con fila de encía arriba,
son como para regurgitar
hasta la primera papilla
-con mis más sinceras disculpas-
Nada, acepto que esto ya no me va,
que me van las tascas tranquilas,
el chato y el pincho vistoso,
la buena charla sobre la vida,
o la insustancial sobre lo que sea
que te haga sonreír un rato.
Madrid se ha vuelto muy joven
para esta menda,
o esta menda muy cansina.





Nená

2 comentarios:

  1. Desde luego que aquí encaja perfectamente esa presentación que haces relativo a los intereses:

    La inteligencia y la sensibilidad -siempre el sentido del humor.

    El buen humor, el fino, cada vez es más difícil de escuchar. Lo basto, lo estentóreo hay por doquier.

    Hay quedan muchas tascas por Madrid. En serio.

    Lloverá.

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