Yo no sé.
No sé si sueña la campana con el azote,
o el árbol noble con los frutos.
No sé si el mundo sabe
de los sueños ajenos,
más que el guión aprendido
de lo que esperan tener.
No sé quién escribió ese texto tan valioso
sin preguntarle
a la roca por sus querencias,
ni a los ríos helados
de la montaña cántabra,
ni tampoco a este corazón mío
en incansable búsqueda.
Sé que mucho se aprende con los libros
y que poco se cursa con ellos,
por eso camino despacio y atenta
a todos los sonidos,
a todos los encuentros.
Y es que nunca olvido
que no sé.
Nená
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