Tú eres mi poema,
mi grito amarrado en la garganta,
el verso anudado en tela
atado siempre en la noche clara
y al alba opaca y muda.
Cada coma el suspiro,
en el recorrido loco de tanta letra,
invertebrada es esta lengua de tinta
que te habla sin mirarte
y te besa con su torpe métrica.
Tú eres mi canto,
cuando siembra la lumínica luciérnaga
este prado de trémulos cueros,
y lo hace jardín para ti,
con margaritas de tela
y ceniceros limpios.
Tú, mi aliento,
la promesa de ser luz y no sombra,
la música,
y no el sonido solitario y preso
herido siempre en papeles blancos.
Y tú eres yo
cuando sueñas ligero
y te subes a las cumbres para aullar a la luna,
cuando niegas al sol porque te da la gana
y sólo reconoces mis ojos
en la penumbra,
y mi voz
como el faro más poderoso que existe.
Nená
Precioso poema, me ha encantado.
ResponderEliminarBeso
Gracias por comentarme esto.
ResponderEliminarNeni.