Un cosmos envuelto
con pegatinas en boga,
los nuevos ademanes
-un porvenir sin voluntad-
y dos hojas de higuera
detrás de la puerta
arrastradas por el viento.
Solas apuran su efímera existencia
sin entender nada.
Las otras, las de colores vivos,
existen sin ocaso,
pero tendrán el fin
que la mano quiera.
De ser seamos hoja de higuera
aún sin entender nada,
a ser un plano de marcas inventado
por unos labios de color caramelo.
Al primer bocado
se nos iría todo el azucarado,
y toda la utilidad.
Nená
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame