domingo, 8 de enero de 2012


Cuando los ángeles duermen, 
el cielo dispara balas de plata 
rompiéndolo todo. 
El agua baja a riadas formando 
surcos en el barro, 
pistas de un circuito de carreras 
sin bandera de cuadros. 

Los ancianos se dicen unos a otros: 
'Hoy no amainará, 
no amainará'. 

Los niños en casa, 
nada de parque,  ni de recreo, 
sólo pan con chocolate. 

Ese día los ángeles 
se echaron la siesta, 
y lloré tanto,  que mi mano 
le dio al limpiaparabrisas por reflejo. 
Pero la lluvia salía de mí 
y detuve el auto. 
Mi mente recordó las palabras 
de aquellos ancianos: 
‘Hoy no amainará’, 
y mi boca tenía el regusto 
de aquel pan crujiente 
con chocolate. 




Nená

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame