miércoles, 25 de enero de 2012


Ya no son tiempos de rubor, 
ni tiempos de correr tras el  teléfono. 
Ya perdí el gusto por esa emoción 
del corazón que salta 
y hace  quiebros 
como un vivaracho volatín
No son estos tiempos peores,  
son otros,  con olores y  matices distintos. 
Otras perspectivas de las mismas fotos, 
sin tener que hacer el pino puente, 
ni ninguna otra posición engorrosa. 
No soy más lista y estoy más cansada, 
soy más lenta y disimulo mejor los errores. 
Me permito más,  por el artículo 33, 
famoso artículo donde los halla: 
El primero es porque sí y los restantes 
vienen a ser del mismo padre, 
con algún adorno churrigueresco, 
según despunte el día y mi humor. 
Ya no son tiempos de que el pulso  
se ponga a mil,  como si hubiera 
apostado en las carreras, 
ni tiempos para el enojo, 
ni para las paradas a pié de pista, 
a replantearme si todo lo que hice 
fue lo correcto o lo incorrecto. 
Poco más. 








Nená

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