Sé enumerar bardos
en los pliegues de tus dedos,
puedo narrar increíbles relatos
sobre tu suave esclavina, y
de cada una de tus pecas
regresar desierta,
remota de intenciones.
Pero siempre regreso.
¿Y aún preguntas si me detentas?
Los días languidecen
y yo viajo entre tus trazos,
lengüeteando sombras en confitura
como un esbozo
que no conoce dibujo,
que no dibuja razones.
¿Y aún preguntas si me contienes?
Nená
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