viernes, 20 de enero de 2012

-¿Es uno lo que uno ve?-


Cree ser una araña 
y no entiende cómo no escapa 
de su reposo. 
Sus patas graciosas,  al aire 
mecidas,  mecidas sus púas, 
bamboleado su pelo. 





La retiene el suelo 
envidioso de su misterio, 
pero ha perdido los quelíceros 
y no puede defenderse. 

¡Que no,  que no eres una araña! 
le gritan las acederas y las amarillas 
cabezuelas. 
¡Eres una preciosa palmera 
agitada por el viento! 
Pero ella les ignora y contempla 
su sombra ondeante sobre la hierba, 
y ve una fiera araña 
que no escapa de su reposo. 





Nená

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