Oculta
a la altura de tus ojos,
sin que me veas.
Como un ratón en los tabiques
rastreando cada corredor de tu vida,
aquí un paso, una galería, el comedor,
el tinelo donde nadie mira,
y a escondidas devoras versos
que posiblemente a otros censuras.
Oculta
sin que me veas,
veo tus labios, el ronroneo
cuando versificas y troquelas
a tus herederos, hijos de tinta,
como les cantas,
como te inquietas y te impacientas,
o te amilanas y te deshinchas.
Oculta,
saboreo cada poema
antes de que sepas
que ya lo amamantas,
aún cuando le sigues dando vueltas
y más vueltas,
y mi cuerpo en alboroto
grita entre efímeras estrellas,
que cruzarán deprisa hacia otros ojos.
Oculta siempre
sin que me veas,
soy la que espera,
la que nunca se rinde
y aguarda con hambre voraz
tus sublimes estrofas.
Nená
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