miércoles, 25 de enero de 2012


Si sólo es esto lo que nos dan, 
esta escudilla de tiempo 
¿Por qué sufres? 
Si no sabes qué va a pasar, 
hoy,  mañana,  después 
¿Cómo no estás sonriendo? 


Y el hombre contestó: 
Sufro porque es nada lo que me dan, 
y no sonrío 
porque desconozco lo que 
me depara el azar. 
El otro hombre con voz más grave 
le dijo de nuevo: 
¿Y qué arreglas con eso? 
Que no me pille de sorpresa,  contestó. 
Me preparo para lo peor y así no 
me dolerá tanto. 
¿Y cuándo esperas gozar? 
Cuándo vea que me equivoco. 
¡Ah!  Demasiado tarde, 
contestó el primero. 
Será demasiado tarde. 





Nená

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