viernes, 27 de enero de 2012


Llego a Madrid 
y los ojos bailan por las calles 
bebidos de un ayer que ya no es hoy. 
Pero el Foro es mucho más que 
los sueños de unos o de otros, 
es el alquitrán donde 
hasta los patos beben. 
La ciudad de las ciudades 
-siempre magnífica- 
se desnuda al viajero, 
se disfraza y tienta. 
Pero yo me acuerdo de ese mar 
que atrás dejo,  vacío,  quieto, 
y de lo paradójico 
y singular que resulta, 
la soledad que se respira 
entre tanto gentío. 



 


Nená

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