lunes, 30 de enero de 2012

Me vendo a ti 
como ese vaso de agua, 
sorpresa verde 
sobre palma baldía. 
Otras,  eres tú el agua 
y yo el desierto. 

Me vendo, 
a veces me costeo 
sólo por estar contigo, 
por ser ese contraste 
que lleve a la discordia. 

Ya lo sé,  hubo un tiempo 
para ir pegando caramelos  rojos 
en cabello ajeno, 
sacando la lengua, 
y metiendo el dedo 
en las copas altas de los camareros. 

Pero ya no es lo mismo, 
todo es demencia, 
aniquilar,  o prender fuego. 
Me da coraje, 
travesura por diablura 
-la nuestra-, 
diablura por ira, 
psicopatía 'in crescendo'. 

Me gusta estar contigo 
porque todo lo que digo 
tú lo entiendes, 
hablamos distinto, 
respiramos de desigual manera, 
pero hay un pupitre común 
para ambos. 





Nená

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