sábado, 11 de febrero de 2012


No todo lo perfecto es bello, 
hay imperfecciones bellísimas. 
Nos hemos acostumbrado a los cartabones, 
a las líneas rectas, a los círculos hechos 
con compás. 
Me agradan las líneas hechas  con un trazo,  
los círculos improvisados,  el  quiebro 
que una mano cansada 
deja a su paso,  las letras que se abren 
por el sueño y piden lecho. 
Me gusta ese jarrón torcido 
que el aprendiz de alfarero 
decoró emocionado, 
y ese plato oblongo 
donde todo sabe más sabroso. 






Nená

2 comentarios:

  1. Cuando estuve en Cuba hace ya 12 años hice un viaje por mi cuenta. Conocí a personas maravillosas. Vendían muchas cosas a los turista en la HAbana, cosas seriadas. Nunca me gustó lo seriado. Pues en medio del campo, casi en medio de la nada había un escultor al que, nada más ver su figura le dije: te la compro. Me dijo que no estaba terminada la base. Da igual, a mí me gusta así. Por fin encontraba algo al margen de lo seriado. El resto de la historia la cuento aquí:

    http://tempero-koroneiki.blogspot.com/2009/04/brujones.html

    ¡Claro que en un plato oblongo todo está más sabroso!

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  2. Te comprendo bien, y tu historia es preciosa, me agradó mucho lo de brujones.

    Nená

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