Sé que nunca es momento
para venirse abajo,
porque somos árboles,
que sin ser altivos,
hemos venido y no estamos
para quebrarnos
como hojas de papel.
Qué diríamos si entecos
cruzásemos esa línea
una y otra vez, hasta vernos
en la más absoluta renuncia.
Nos debemos algo de amor al menos,
un beso en la nariz,
y una sonrisa,
y si no sale se dibuja con los dos índices
hasta que la piel se acomode
y no se despeñe.
Hay que seguir sonriendo
pase lo que pase,
o sin pasar nada,
porque siempre hay una esquina
que está por llegar
y una maravilla nueva por destapar aún.
¿Es que quieres perdértela?
Nená
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame