Si todo está ya inventado
invéntame a mí,
y no me digas que también lo estoy
o recibirás un coscorrón
como nadie te lo haya dado.
Yo te ofrezco el material
de elementos nobles,
alguna marca de nacimiento
y una lengua inquieta.
Tú sólo tienes que idear el resto,
brazos, piernas, corazón,
un destino –que sé que no tengo-,
y si es posible un ropero enorme
donde esconderme de las visitas;
Pero bueno, eso a tu elección.
Invéntame,
haz de mí no un personaje,
un ser humano luminoso,
como una gota de rocío
que pueda conservarse
para siempre.
Nená
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