miércoles, 29 de febrero de 2012



No me dejes sola 
conmigo, 
sabes que esta otra que sueña 
es muy testaruda. 
Más libre que yo, 
ligera como todas las cosas 
que no respiran. 
Cuando habla como yo 
aún es razonable, 
tiene un propósito 
y vamos juntas. 
Nos indigna a las dos la injusticia,
como nos aburren las trasnochadas
luchas del siglo del Nodo,
rota la zapatilla,
el puño en alto
o la mano alzada,
y todos calentitos y con un rioja. 
Somos perseverantes,
cedemos tres centímetros
si es con educación,
sin ella ni el milímetro, impensable.
Pero cuando la otra se pone romántica 
no hay quien la aguante, 
no sé qué hacer para que se calle.
Anda sé bueno,
no me dejes sola 
conmigo. 







Nená

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