Esta lengua extraña
puedo entenderla,
aunque no me pidas
que lo reproduzca.
Cuanto más me la acerco
al rostro más nítida habla.
Dice palabras sueltas,
y sé que debo ordenarlas,
Dentro, tú, mira, llevas, cerca.
Nunca termina de hablar,
repite voces y dice nuevas
y yo me pego a la caracola
queriendo escuchar el mar,
un mar que besa
una y otra vez mis rodillas.
Sé que es absurdo, pensar
que todo lo que alcanzo a ver
está dentro de esta preciosa concha
¿Por qué no meto la cabeza en el mar?
Sería un modo más directo
pero somos pequeños pescaditos
que buscamos lindes a nuestra escala,
para no tener miedo,
para sentirnos a salvo,
para construir hogares
y nuestra propia lengua.
Nená
Není: simbiosis de la escucha y el habla.
ResponderEliminarBesos de media noche.
Sí, compi, si. Llevas toda la razón.
ResponderEliminarBesos,
Není.