No deseo contrariar

pero no soy como otros maravillosos aedos. 

Desentono en sus mesas,

estaría incómoda. 

No soy mejor, no soy peor,

sólo diferente en la paridad

que me toca.

Me confunden 

las reuniones de poetas. 

Me agradan

los encuentros con personas 

de distintas tareas,
que muestran lo que hacen 

para tener una visión 

de las cosas más entera. 

Yo quiero saber como tapa una fuga 

un fontanero. 

A cambio les leo a todos un poema,

-o dos si gusta, o veintidós-

con la intensidad que sepa.

Les acerco el mundo que conozco

para que lo toquen como yo lo toco.
-Algunos se enamoran del verso,
otros jamás llegan a la puerta-

Un carpintero nos dice cómo se

prepara una tabla antes de pintarla,

y un pintor la tendencia de muñeca.

Todos los oficios, y de todos

un grano de arena.

Quizá no todo sean sorpresas,
cervezas y risas
sobre una tabla de sabina.
Quizá así la poesía crezca

y no se quede tan sola
y tan acurrucada,

en la cuna de los elegidos.

Nená