Mi casa está en tu camisa,
en el botón más pequeño,
cuando corres a por el pan,
en el aliento que tomas
para no caerte.
Mi casa está
en el pliegue de tu frente,
cuando te enojas,
en tus dedos largos
cuando duermes.
Mi casa está donde yo
soy feliz,
donde yo dispongo,
donde ni una lágrima derramo,
y puedo inventar
y reinventar mi vida.
Está donde puedo volver al pasado
o ir hacia el porvenir,
y burlar todas las leyes de la física.
Mi casa está en ti,
y huele a leña y a jazmines.
Nená
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