Polvo en el camino 

que allí queda, 

lo que se adhiere a la zapatilla 

contará las horas 

que anduviste pensando.

La higuera no ha crecido   desde 

que te fuiste,  ni la maleza  espesa 

al lado del río, 

pero sí la sombra alargada 

en el centro del campo. 

No me dejes pensar 

que sabemos más 

de lo que la mente nos dicta, 

que hay intuiciones sabias. 

Deja que sonría inocente 

lo que me queda de vida, 

y que siga ignorando lo que hay 

detrás de alguna memoria. 

Nená