Me vives como un fármaco
arrinconado en la estancia
que llena tu memoria.
Tu verde me hechiza
más allá del embrujo de lo agreste.
Eres mi norte,
Cantabria,
el elíseo insomne
que abraza nostálgicas fragancias.
Eres lo que hoy te devuelvo,
mi deuda de savia,
estos versos
y mis glaucos fanales
prisioneros de tu palma;
la llave y el talismán
que me lee cántabra,
-mi herencia de sangre-,
y que te signa a ti
en muchas de mis letras.
Nená
http://www.goear.com/listen/128deae/cantabros-luetiga
ResponderEliminarMira, Nená, este grupo me gusta bastante. Tengo dos discos suyos.
Mi deuda de savia: perfecto, intenso e íntegro verso.
La vaca Tudanca me tiene enamorao, desde que l vi por los Tojos.
Entradas tengo de por esa zona en el blog.
Abrazos.
Gracias por la música, me ha recordado a fiesta con dancines, a chatos y a quesuco fresco. La Tudanca es preciosa, pero yo prefiero la Frisona, por recordar aquel moteo blanco y negro en aquellos prados -cosa que ya casi no se ve-. Aunque yo sólo voy a Cantabria unos días en verano, siempre, siempre, lo echo de menos. Miraré tu blog.
ResponderEliminarAbrazo,
Nená
http://tempero-koroneiki.blogspot.com/2009/01/cuaderno-de-amado.html
ResponderEliminarAmado es (y espero que lo siga siendo) un hacedor, un artesano de zuecas de ese maravilloso pueblo llamado Carmona.
Menudos cagigus hay por allí...
Un beso, Neni
Carmona es uno de los pueblos más bellos de Santander, al menos para mí. Y sí, sigue habiendo cagigas, jaja.
ResponderEliminarOtro para ti,
Neni
Lo que le has escrito es un bonito homenaje.
ResponderEliminarNená