lunes, 6 de febrero de 2012


Moja tus manos 
y hazme de arcilla. 
Despacio,  ve dando forma 
a mi cuerpo del modo que quieras, 
redondea o haz esquinas, 
allí donde tus manos busquen cuevas. 
No hablaré,  lo prometo, 
me dejaré tornear, confío 
en la habilidad de tus dedos. 
Concibe la mujer que soy  
y ámame después. 
Déjame ver 
como desabrochas tu camisa, 
como hundes tu pecho 
en mi arcilla, 
y como te desordenas en mí. 
Cuando hayas acabado, 
deja que te explore yo 
despacio,  infinitamente 
despacio, 
a mi manera. 







Nená

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