miércoles, 1 de febrero de 2012


Ya lo dijo Eric Fromm 
con palabras más sabias, 
y el niño le dijo a la niña:
-Te quiero porque me quieres. 
Tanto me das,  tanto te daré. 
Si me das un beso de regaliz, 
yo de regaliz te daré un beso, 
si de leche de burra, 
de leche de burra será mi beso. 
(Amores de estos he conocido muchos,  
tantos como días tiene la semana, y semanas tienen los meses) 


El muchacho a la muchacha le dijo: 
-Te quiero porque te necesito. 
Necesito no estar solo,  sentirme querido, 
sentir un cuerpo a mi lado 
cuando me despierto. 
Ser siendo otro al mismo tiempo 
¿Tú me aceptarías,  me serías fiel? 
(De estos otros saco las mismas sumas 
que de los primeros,  porque los he hallado 
de la mano,  juntos niño y muchacho ) 
El hombre le dice a la mujer: 
-Te necesito porque te quiero. 
Te conocí y entraste en mí,  y no supe 
separarte de mis cosas. 
Te amé, 
como ahora te amo, 
por eso te necesito, 
y no sé vivir sin ti,  sin tus torpes maneras, 
sin tus imperfecciones,  contradicciones, 
sin todas esas cosas que harían correr al diablo. 
Te necesito, te necesito porque te quiero. 
(Y ahora os pregunto yo. 
Con la mano en el corazón, 
¿habéis conocido a muchos como éstos? 
¿Confiasteis en su amor,
acabó siendo amor de muchacho?)



-En teoría no debería ser complicado-






Nená

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