Se doblan las ventanas,
como los dedos se comban,
imprecisa la vista alcanza
a la idea.
Todo en su anarquía
parece un avispero,
y toco el suelo
ensortijado ahora.
Tú me faltas,
con esa extraña manera
de no contar diciendo,
breve y calladamente,
con las justas tesis
y sin libreto.
Por eso distorsiono,
desfiguro, retuerzo,
como un caballo renco,
que cree que alguien borró
la línea del horizonte
con su dedo.
Sola, coja de ti
y perdida.
Nená
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