lunes, 27 de febrero de 2012


Eso de trascender 
debe ser romántico, 
a mí me resulta muy novelero. 
Que me recuerden ¿Por qué? 
¿No he dado ya la paliza en vida? 
Dejemos que haya otro 
que dé aún más la somanta, 
y así me olvidan. 
Conocí un poeta de Jerez, 
estupendo escritor, 
estupenda persona, 
que pensaba demasiado 
en el concepto de trascender. 
¿Para qué vivir si no trasciendes? 
Solía plantearse siempre. 
Y pensaba yo sin mover los labios 
dado su excesivo entusiasmo: 
Para qué vivir pensando en lo que dejas. 
Uno anda mirando dónde pone el pié, 
dónde lo coloca,  hacia dónde va. 
Imagino andar haciendo 
muescas en cada roca, 
para que otro sepa que estuvo allí. 
Es como vivir dos veces, 
y ya una suele ser un afán 
la mayoría del tiempo. 
Hermoso,  pero con pocas treguas. 
Sé que hay personas que trascienden 
sin dejar muescas, 
trascienden sin más 
-debieron de dar mucho, 
 pero que mucho denuedo 
a más de un cerebro-. 
¿Pero desearlo? 
Intento entender,  pero no puedo. 








Nená

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame