Fíjate bien,
siempre hay algo
fuera de su sitio.
No te acostumbres
a no ver,
a ignorar,
a dejar que nos coloquen
las gafas negras.
Admitir una lata
en un prado de margaritas,
como algo usual,
es admitirnos,
aceptarnos
de una condición
que permite
arrojar latas
en los prados de margaritas.
Estupendo.
Sigamos permitiendo
que las cosas estén fuera de su sitio,
pero mañana que la lata
os la metan en la cama,
quizá quede menos insólita
o menos visible.
Nená
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