viernes, 2 de marzo de 2012

Bella,  tan bella te veo 
sobre tejados terrosos 
y ocres sombras de una luna vieja. 
Me dejas en el pelo 
tu gastado perfume 
de carpetas mordidas y 
libros entintados en márgenes prohibidos.

Un poco de hierba, 
y el humo de un tráfico incorrupto 
sobre un asfalto hierático. 
Me siento distinta 
siendo la misma, 
como si un soplo 
en mi oído, 
me silbara a Ella Fitzgerald,  
muy bajito. 
Estoy cansada,  mucho, 
pero me siento abrazada, 
colmada,  besada 
por una ciudad querida. 





Nená

2 comentarios:

  1. Siempre preferiré a Ella Fitzgerald a una homilía en una parroquia, la de nuestra Señora de la Merced, por ejemplo. Madrid es inmensa, acogedora siempre.

    Besos, Nená.

    Anda que no he pasado yo veces por ahí andando para ir al cole.

    ResponderEliminar
  2. La inmensidad cabe en un minúsculo pañuelo. -Jajaja-

    Besos, Tempero.


    Nená

    ResponderEliminar

Háblame