me quedo dormida,
y despacio se apaga la luz.
La paz, la sonrisa, la armonía.
Pero no quiero que lloren
los que en otra sala tienen
bombillas
y despierto deprisa
sólo por ellos,
para no darles mal.
El mundo es un paraíso
de color, un sorpresivo encuentro
de días y noches con matices distintos,
y hay que vivirlo, exprimirlo,
degustarlo, devorarlo,
como la uva, como el vino,
saber decirle hola con entusiasmo,
y con gratitud decirle adiós.
Nená
Sorpresivo encuentro de días y noches: NenÍ, me gusta tu lección de hoy. Mucho.
ResponderEliminarBesucos.
P.D. Lo cierto es que hay un gozo cuando de duerme de veras.
Me agrada que te sorprenda, amigo mío. Perder la capacidad de sorprenderse es hacerse viejo, y hay demasiados ancianos deambulando por las calles.
ResponderEliminarBesucos,
Není