lunes, 12 de marzo de 2012


Encerrados todos, 
unos más conscientes 
del barrote que les apresa,
otros ingenuos aún 
de las yemas de sus dedos, 
de la limitación inevitable 
de elección, 
siempre dentro de lo 
que se les ofrece, 
nunca dentro de todo 
lo imaginable. 
Aún sin remitirse a absolutos 
y quimeras de unicornios, 
el presidio pesa en cosas 
bien sencillas. 
Algunos viven encerrados 
en sus castillos, 
como espíritus marcados, 
aceptaron una soledad impuesta
por ellos mismos  
como auténticos espectros, 
por motivos que sólo ellos saben. 
Unos y otros estamos solos, 
los que lo sabemos y los que 
no lo saben. 
Pero nos burlamos del silbido 
del silencio,  tarareando 
un nombre cercano  
para distraerlo,  
y a veces,  conseguimos alejarlo. 






Nená

2 comentarios:

  1. "A veces conseguimos alejarlo"...


    Yo también he venido de visita a tu blog.

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  2. Bienvenida talentosa, y agradecida.

    Un abrazo,

    Nená

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