La sonoridad de las palabras
Hace que quieras bailar con unas
más que con otras.
Con aplicar no bailo,
me suena arisca, fría
la rechazo sin darme cuenta.
Lo mismo ocurre con
desdeñar ya no por lo que signifique,
sino por la forma de colocar
dos veces del mismo modo la lengua,
y por el sonido áspero que deja.
Hay palabras como bésame
que son caricias hechas de aire,
incluso adiós, suena a paso de baile.
Barbitúrico, deyección, comadreja,
imaginaros bailando con ellas;
en cambio, farol, bahía, displicencia,
hay una suerte de eufonía
que invita a danzar con éstas.
Nená
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