Así como la nieve cubre
el color de las cosas,
la edad tapa el hervor
de los años,
enfría y desgasta el latido
desordenado,
y nos deja respirar más despacio.
Algunos dicen que no es así,
que su estancia de colores
con los juguetes de antaño,
siguen revolviendo sus peldaños.
Otros guardan los colores para afuera
y el silencio para adentro,
porque aquellas estancias antes llenas,
se quedaron sin peonzas ni muñecos
hace muchos,
muchos años.
Nená
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