Estrecho el paladar,
estrecha la raíz,
la uva alargada,
la hoja ni estrecha
ni apaisada.
Su cintura estrecha,
estrecha su nariz,
su falda abreviada,
el descaro ni estrecho
ni limitado.
Tú subías,
ella bajaba,
de pared a pared
el mismo cuerpo
dibujabais.
Brazos ligeramente
esquinados,
ojos fijos
sin parpadear,
un segundo,
dos segundos,
tres.
No hubo beso.
Volvió el ceñido vacío,
la estrechez y el silbido
de una calle muerta.
Nená
Gerona es una maravilla.
ResponderEliminarAllí, el año pasado, junto a la Catedral, había un tipo que tocaba la percusión sobre un instrumento metálico escaso llamado Hang Drums. Era una delicia escucharlo con esa acústica dado donde él tipo estaba.
http://youtu.be/mS8eipuXYWg
Sí, es una belleza al alcance de todos de la que no se habla mucho. A mí me fascinó.
ResponderEliminarBesuco,
Nená