Duerme el día
debajo de mis párpados,
no añade luces diferentes
al celaje.
Entre mi pelo
hojas de sabina
como pinzas,
para que no
se lo lleve el viento.
Se abomba mi blusa
y sueño que soy cometa
por un momento.
Lejos quedó el temblor del pétalo
y la margarita,
la distancia que unía
mis letras.
Dejadme que me quede así
hasta que pase el cosmos,
no quiero agua ni comida,
sólo viento.
Yo cogeré el relevo,
os lo prometo;
me haré roca, acantilado,
cordillera, bahía, caleta.
Dejad que me quede así.
Sabes que más
no necesito.
Nená
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