lunes, 5 de marzo de 2012


El que siega con el dalle 
no sabe que arrastra amapolas 
entre las hierbas altas, 
y poleo menta entre las ortigas. 
Está pendiente del ángulo exacto 
de su brazo, 
la fuerza de sus manos, 
el movimiento de media luna
de su cuerpo y el paso. 
Nunca se mira desde fuera, 
repite su tarea una y otra vez, 
es su oficio y lo ejecuta 
con precisión. 
Hay muchos oficios,  unos 
barren con destreza,  otros 
cuentan billetes vertiginosamente, 
pero hay otros que son oficios 
en contra de lo que me gustaría. 
El oficio de filósofo,  y 
el oficio de poeta; 
porque más que oficios, 
son entregas,  cesiones vitales. 
Hay filósofos y poetas 
que son formas de vida,  
y hay poetas y filósofos 
que son vidas de esa forma. 




Nená

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