El que siega con el dalle
no sabe que arrastra amapolas
entre las hierbas altas,
y poleo menta entre las ortigas.
Está pendiente del ángulo exacto
de su brazo,
la fuerza de sus manos,
el movimiento de media luna
de su cuerpo y el paso.
Nunca se mira desde fuera,
repite su tarea una y otra vez,
es su oficio y lo ejecuta
con precisión.
Hay muchos oficios, unos
barren con destreza, otros
cuentan billetes vertiginosamente,
pero hay otros que son oficios
en contra de lo que me gustaría.
El oficio de filósofo, y
el oficio de poeta;
porque más que oficios,
son entregas, cesiones vitales.
Hay filósofos y poetas
que son formas de vida,
y hay poetas y filósofos
que son vidas de esa forma.
Nená
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