Nos doléis a todos,
tú y tú y aquel,
aquella mañana de marzo
que os arrancaron la luz
en el hierro de las vías.
Nos doléis porque
nunca debió de ser,
porque en esto
nos hemos convertido,
en juguetes del azar de homicidas
que ya no saben qué somos.
Pero no os vamos a extraviar
en la memoria.
Sí, todas las intenciones políticas,
sí, todo el trasteo
que quieran hacer de la tragedia.
No nos olvidaremos de cada uno
de los seres humanos, de vosotros,
que llevabais vuestras ilusiones
en las maletas, los bolsillos,
las manos vacías,
vuestras legañas pegadas aún
en las almohadas,
vuestros cariños, vuestros enfados,
vuestras ganas de vivir esa mañana,
y todas las mañanas.
Nos doléis.
Siempre nos doleréis.
Nená
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