Demasiado cansancio,
ir rodando y creer
que andas las aguas
como un Jesucristo
sin barbas, y sin ese corazón bendecido.
Siendo aquel que pasa sin frontera
allá donde su pie le manda,
con el corazón siempre dispuesto
y dispuesto a creer que nada se reduce
a simples cosas.
Demasiado cansada,
días como hoy de sol y sombra
recobro la oquedad,
y saco la máquina de reducir
el mundo a simples cosas,
amontono los destellos y las lunas,
las hogueras, las manzanas, y
el olor de las verdes panojas.
Cierro los ojos y sonrío,
y trato de olvidar mi nombre pequeño
y mis largos apellidos,
el color de mi pelo,
dónde estoy y dónde he estado,
y todas las cosas que me rodean.
Nená
Sé que te (nos) gustan las simples cosas.
ResponderEliminarTodavía no me despido de las pequeñas cosas:
Comparto ésto: sé que te gusta.
http://youtu.be/-mnZcErj-SA
Besos, Není.
Manuel.
Me encanta.
ResponderEliminarMuchas gracias Manuel.
Besos,
Není,