‘La vida es una inmensa disonancia’
Chopin
¿Dónde el visado a la felicidad inagotable?
Que no hay modo más provechoso
que ser dorados en negros,
y alegrías en pesares,
para aceptar el revés con disciplina
-y tunante acicate-
Que de ser gigantes dominaríamos
el suelo
desde un ángulo diferente,
y aún así nos dominaría el cielo
imponiéndonos sus reglas.
No hay escapatoria.
Algunos enrabietados poemas
que pongan dulce en platos acidulados,
o paraísos que vendan otros paraísos,
y en la edad cándida y primera
aquellos besos con sabor a helado
que duraban en los labios hasta el invierno.
Perdurable no hay nada,
y de casi nada salió este todo
tan inhumano y discrepante,
que fue ocupando las telas y los tejados,
las razones y los sentidos;
hasta hacerse un hueco en lo más nuestro,
el amor sin más, y la confiada fe.
Nená
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