deshazte de esas rastas viejo.
Ya no tienes veinte años
y odiar a muerte el jabón
a esa edad no importa tanto.
Ven conmigo al bar Anita,
te arrimaré una cerveza.
Sí, yo también he leído
y conozco las palabras que recitas,
pero vararse en la arena, viejo,
es enterrase en la playa.
Aún puedes crear tus poemas.
La libertad no lleva vestido,
ni una pinta estrafalaria,
te vendieron un 65 trasnochado,
y una Ibiza envuelta
en papel de colores.
No, yo no estaba allí,
aún andaba en el corazón
de mi madre.
Pero viejo, créeme
la edad, a veces,
no te hace más sabio.
Nená
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