Si me pierdo, si no me ves,
búscame en Annecy, mirando
el ángulo perfecto de la casa del agua.
Viendo como se aleja el barco,
y recorriendo su mercadillo.
Cruzaré sus arcos, una vez,
otra vez, hasta que me de la risa.
Derrotada me sentaré en cualquier terraza
a observar ese espacio dentro del mundo,
y esos colores dentro de su propio destello.
Si me despisto, si no me encuentras,
con una sonrisa enorme
-algo ingenua-,
y una diadema de margaritas.
Nená
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