Una vida tras una ventana,
tras otra ventana una defunción.
Carraspeos, peleas, diferencias,
actos de amor.
Complejas cómodas llenas de cajones,
juegos de cartas y de sábanas,
negocios abiertos y ocultos trapicheos.
Telas de araña con olor a cuerpo,
por cada una un libro cerrado.
Candados, cientos de candados,
corazones rotos, lozanas primaveras,
testamentos en arquetas,
escaleras de bastón,
crestas y navajas, crestas y poemas.
Cierro los ojos, respiro fuerte
y cada una de esas vidas las inhalo,
siento como se me va la cabeza,
el corazón, el cuerpo.
Sí, debería observar
con ojos de himenóptero
y aparcar la exaltación afuera.
Nená
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