martes, 22 de noviembre de 2011


Cuando aparece la decepción,
ya no ves cabriolas garzas 
en el techo,  
ni ángulos convexos 
cosidos a labios cóncavos. 
Ya no juegas a la ruleta rusa 
de verbos inconexos, 
por si su musicalidad 
atrae a un pez de colores extintos. 

Cuando aparece la decepción, 
dejas de creer que un poema se mide  
por complicados términos, 
que dan vida a un arte impreciso.  

Dejas de jurar en hebreo 
que significan un todo 
que nadie ha comprendido.  
Ya no buscas zapatos de barro 
para encontrar en ti a un hombre 
que no se afinca, 
porque nunca ha existido. 

Ya sé que no me entiendes, aún no. 


Nená

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame