No puedes llevarte
el corazón de las cosas,
por mucho que las penetres.
Eres el colofón de la cadena.
No olvides que la pirámide
ha sido siempre un sepulcro,
una tumba, nada más.
Sólo te llevarás la soberbia
de estar en la cima,
y la grandeza de entender
el mundo en sus departamentos.
Somos granos de existencia
unidos a otros distintos,
que vamos presentando el mundo.
Pero el alma,
el corazón de las cosas,
viaja en vagones sueltos,
en inmoldeables raíles,
para la ciega estación
de nuestra mente,
no puedes usurparla.
No puedes.
Nená
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