Acaricia mi cuello
cuando cierres los ojos
y deja que dirija tu mano
por mis dominios.
Soy un país pequeño,
con pequeños montes y llanuras.
Rozarán tus dedos
mariposas en su vuelo huidizo,
brisas cálidas
pronunciarán tu nombre,
desóyelas y no te detengas.
Te llevaré a cimas habitadas
por jorguinas,
y a un pequeño pozo
de manantial inagotable,
que te enseñará
el verdadero significado
de la palabra ‘beso’.
Avanzarás por sendas trashumantes
que cruzan pequeños pueblos,
y tu mano sentirá el calor de su gentío;
quizá quieras detenerte
pero no será el momento,
aún tendré más cosas que mostrarte.
Y cuando hayas explorado
mi patria totalmente,
abre los ojos, mira los míos,
y dime si de verdad deseas ser
mi residente.
Nená
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