sábado, 26 de noviembre de 2011


Tal vez mañana, quizá al otro, 
puede que dentro de un mes, 
o dentro de un año, 
los panojales lleven   
el aroma de mi cuerpo 
por aquella noche de verano. 


Todo se impregna de todo, 
aunque parezca una demente, 
declarándome el olfato del mundo. 
Pero somos aire sobre aire de otro, 
aliento sobre exhalación de otro. 
Estrellas fugaces que se cruzan 
como una maraña de hebras, 
y aún nos creemos solos. 
Estamos todos enlazados 
con vínculos intangibles. 
Quizá por eso desde niña, 
camino y voy rozando 
todas las cosas,  
todas las tapias. 

-No tengas miedo,  
esta locura no es contagiosa-



Nená

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