miércoles, 23 de noviembre de 2011


Me hablas y no te contesto,
te miro y dices que sonrío,
pero no te contesto,
parezco perdida en un rincón
a kilómetros de distancia,
y tienes razón.
Tengo el alma alquilada
y en su ausencia,  
no sé a dónde va
ni quién la acompaña,
qué costas recorre,
y qué parajes visita.  


Si planea rozando el mar 
o se sumerge,
si vuela tan arriba
que ve un mundo de figuras planas,
o deambula como tú y yo sorteando
bultos verticales y horizontales.
Pero a veces sí me llegan  
rastros de olores disfrazados,
dulces, exóticos, inusuales,
de tierras lejanas,
de riscos y de la calima del mar
más allá de esta brisa.  


Nená

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